Vuelta a la naturaleza pero con un toque de modernidad

Las nuevas cocinas rústicas se presentan con un look refrescante y actual.

En realidad, hace décadas que las cocinas de estilo rústico están de moda. Pero quien solo piense en roble rústico y enrevesadas molduras se quedará asombrado, porque la nueva cocina rústica renuncia a las peculiaridades regionales. Su nuevo aspecto es sencillo y moderno, y no solo encaja en una casa de campo, sino también en un loft en la ciudad.

Para ello entran en juego modernos materiales y recursos estilísticos. Las tradiciones se reinterpretan y los nuevos diseños atraen gracias a unas líneas sobrias y claramente definidas. El uso de los aparatos de cocina más modernos ‒por qué no en acero inoxidable‒ ya no atentan contra el estilo, sino que son un contraste bienvenido. Los materiales naturales, sobre todo la madera, siguen jugando un papel fundamental. Además de los clásicos como el roble y el nogal se utilizan olmo, alerce, cerezo o arce. La madera decapada en color gris oscuro ofrece un efecto expresivo y muy refinado.

El valor de la sostenibilidad

En la moderna cocina rústica naturalmente también se valora la sostenibilidad. La madera utilizada procede de cultivos controlados. En opinión de los fabricantes, las actuales posibilidades técnicas permiten elaborar puertas extremadamente delgadas o recuperar y reciclar cocinas enteras.

Las exquisitas maderas se pueden combinar con los materiales tradicionales. Así, por ejemplo, la cerámica confiere a encimeras y fregaderos un nuevo look. Este “nuevo” material de toda la vida debe su éxito a los innovadores métodos de procesamiento que consiguen una configuración sin juntas. En general, la cerámica tiene la ventaja de que es inodora, resistente al calor, muy dura y con una larga vida útil. También el cristal ha encontrado un nuevo papel que jugar en la moderna cocina rústica. Hace ya algún tiempo que este material fácil de cuidar desempeña una excelente labor a modo de pantalla contra las salpicaduras detrás de la zona de cocción. El cristal también se usa ahora, cada vez con más frecuencia, como frente de muebles porque no solo agrada a la vista, sino que también atrae gracias a su aterciopelado tacto.

Centro neurálgico de la casa

Lo que sí que permanece es la idea original de la cocina rústica: la familia se reúne en torno a los fogones. Aquí se cocina, se come y se charla. La cocina hace las veces de anexo a la sala de estar y centro neurálgico de la casa. Por ello, una gran mesa con muchas sillas o largos bancos son componentes esenciales del mobiliario. A la hora de diseñar estos muebles también se prescinde de elementos estilísticos innecesarios. En cambio se concede más valor a la calidad. Al fin y al cabo, una cocina en el nuevo estilo rústico es una inversión a largo plazo y un diseño atemporal es, en este sentido, la mejor apuesta.